Cuando las artes escénicas se separaron del contexto eclesiástico, surgieron en la pintura las primeras naturalezas muertas, relatos simbólicos de la vida vivida, del momento, del sentimiento humano. Momentos de reconocimiento, reflexión, recuerdos personales y asociaciones, relatos pintados de la vida cotidiana. La naturaleza muerta es tiempo capturado, espacio para la expresión de palabras no dichas en un idioma que no necesita traducción